Nacieron por accidente y llegaron para quedarse. Desde fines del 1800 hasta la actualidad son un clásico en todo el mundo. Son típicos de la cocina norteamericana, más populares que el chinchón y riquísimos.
Mención obligada para su nobleza. Se acompañan con crema montada y frutillas, merengue italiano y confites, dulce de leche y fudge. También se pueden comer solos porque son el partener perfecto para un té de media tarde cuando hace frío.
Corazón tierno, el exterior crocante y nueces. En ChezMoms los servimos con nueces y listos para morder. Un sabor único.
2 comentarios:
se acabó, tome una decisión importante en mi vida... empiezo por los brownies...
monitor: agarrate!
Epa, epa, que buena pinta tiene todo!, asi que, al menos por ahora, vamos a seguir comiendo por los ojos las delicias de Chezmoms. Espero el comentario del turrón norteño hecho con merengue a base de miel de caña.
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